¿QUÉ ES EL SUEÑO?

Es un estado fisiológico, activo, recurrente y reversible en el que el nivel de vigilancia -Jagrati- baja, disminuyendo con ello la percepción y la capacidad de respuesta a los estímulos ambientales o externos. Su condición de reversible es lo que lo diferencia del estado de coma. Esta aparente depresión funcional, esconde un estado dinámico, con una regulación propia y en el que se activan grupos neuronales que desempeñan funciones diferentes a las de la vigilia.

El estado del sueño es necesario para la salud general del organismo, pudiendo su alteración ser causa de trastornos tanto físicos como psíquicos.

El sueño posee su propia regulación neurológica (consolidación de la memoria y función de algunos neurotransmisores); endocrino-metabólica (regulación de la temperatura corporal y producción hormonal); inmunológica y cardiorrespiratoria. Además, es durante el sueño que elaboramos conflictos internos, comprendemos y resolvemos.

Se trata de un estado generalmente espontáneo que precisa de un ambiente y postura adecuados y genera cambios electroencefalográficos que lo diferencian de la vigilia. En el sueño se pueden diferenciar distintos grados de profundidad, basándonos en diferentes variables fisiológicas que cambian en sus diferentes etapas. Los llamados “indicadores del sueño” son: el electroencefalograma (EEG), los movimientos oculares y el tono muscular. Mediante los estudios polisomnográficos se estudian dichos indicadores y se diferencian las distintas fases del sueño.

 

Regulación del sueño y la vigilia

En la regulación del ciclo sueño-vigilia interviene todo el SNC, aunque existen áreas con mayor implicación. El sueño se produce por un proceso inhibidor activo. Es decir, el ciclo sueño-vigilia se regula mediante una red neuronal compleja que induce activaciones e inhibiciones que dan como resultado la vigilia o el sueño.

Durante la VIGILIA mantenemos un contacto activo con el mundo externo gracias a la actividad del sistema reticular activador ascendente (SRAA), el tallo cerebral y el hipotálamo posterior. Los neurotransmisores principales implicados en este proceso son la noradrenalina, la dopamina y la acetilcolina. El SRAA recibe impulsos sensoriales externos (visuales, táctiles y auditivos) y estímulos internos (por ejemplo, la adrenalina que pasa a través del bulbo raquídeo), y posteriormente activa la corteza cerebral.

Por otra parte, encontramos los neuromoduladores, péptidos excitatorios sintetizados en la región posterior y lateral del hipotálamo llamados hipocretinas, cuyos receptores se encuentran fundamentalmente en lugares del SNC relacionados con el despertar y el mantenimiento de la vigilia: tallo cerebral e hipotálamo. Las hipocretinas están relacionadas con la facilitación de la actividad motora y el tono muscular, con el despertar, con el sueño REM, y tiene funciones de regulación metabólica, neuroendocrinas y vegetativas.

En resumen, los estímulos tanto internos como externos activan el SRAA y las hipocretinas, y ponen en marcha la liberación de neurotransmisores excitatorios que se activan simultáneamente de forma difusa provocando el estado de vigilia.

SUEÑO NREM Y REM

El SUEÑO DE ONDAS LENTAS (NO REM o NREM) se origina cuando las neuronas que producen hipocretinas son inhibidas por descargas gabaérgicas originadas en el hipotálamo, que actuan como una especie de interruptor para el comienzo del sueño. También interviene la serotonina, bloqueando la actividad motora y disminuyendo la intensidad de las aferencias sensoriales. Asimismo, al inhibirse las hipocretinas se inhiben, aunque no completamente, las estructuras que mantienen la vigilia. Los responsables de los movimientos oculares rápidos si se inhiben totalmente. En este estado de reposo, existe aún cierta capacidad para reestablecer el contacto con el mundo externo.

Progresivamente se va desactivando el SRAA por la inhibición de las fibras sensoriales ascendentes. De este modo disminuye la actividad motora, desaparecen los movimientos oculares rápidos y se generan ondas lentas típicas del sueño NREM.

La fisiología del SUEÑO REM es más compleja, ya que se producen simultáneamente fenómenos antagónicos. Existe una depresión profunda del estado de alerta, pero con un trazado EEG que muestra una actividad cortical similar a la que se registra durante la vigilia con ojos abiertos,- de ahí que también se le llame “sueño paradójico”-, lo cual se traduce en una hipotonía generalizada acompañada de movimientos oculares rápidos, que dan su nombre a esta fase del sueño. En esta fase nos replegamos al mundo interno, perdiendo el contacto con el externo.

Estos tres estados funcionan para todos los animales de sangre caliente. En un gato podemos observarlos de manera muy clara: distinguimos claramente cuando está despierto (vigilia). Cuando se acomoda para dormir adopta una posición de esfinge, con la cabeza relativamente erguida (primera etapa del sueño: sueño NREM). Conforme avanza su sueño cambia su postura, se desploma sobre un lado y presenta movimientos bruscos en los bigotes y pequeños movimientos con los ojos (sueño REM).

Estas funciones son controladas por diferentes núcleos del tronco cerebral, siendo el lugar fundamental de generación del sueño REM la protuberancia o puente.

El sueño NREM, a su vez, se divide en cuatro etapas según su profundidad:

 

Etapa 1:

  • 2-5% del tiempo de sueño.
  • Transición entre la vigilia y el sueño.
  • El menor ruido puede despertarnos.
  • Relajación muscular y disminución de actividad cerebral.
  • Puede haber espasmos musculares repentinos.

 

Etapa 2:

  • 45-50% del tiempo total de sueño.
  • Sueño ligero que marca la entrada al sueño profundo.
  • Alejamiento progresivo del mundo externo.
  • Un EEG muestra ondas cerebrales lentas con ráfagas ocasionales de ondas rápidas, llamadas “husos del sueño”.
  • Periodos espontáneos de tensión muscular, mezclados con períodos de relajación.
  • Disminución de frecuencia cardiaca y temperatura corporal.

 

Etapas 3 y 4:

  • 18-24% del tiempo total de sueño.
  • “Sueño lento” o de ondas ligeras, llamadas “ondas Delta”, intercaladas con ondas más pequeñas y rápidas.
  • Disminuye la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la temperatura, pues el cuerpo está inmóvil.
  • Entre más profundo es el sueño, más difícil es despertarse.
  • Cuando por estímulos externos despertamos durante esta etapa, estaremos desorientados.
  • Esta es la etapa de recuperación, en la que se reestablece el bienestar y se elimina la fatiga.
  • Entre más tiempo hayamos pasado despiertos, más largas serán estas etapas.

 

Sueño REM:

  • 20-25% del tiempo total de sueño.
  • Respiración rápida, irregular y superficial
  • Es la etapa de la que es más difícil despertar.
  • Aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
  • Sueños.
  • Tiene un papel fundamental en la síntesis, organización de conocimientos y regulación de estados de ánimo.
  • En recién nacidos, se ha observado que en esta etapa tienen gestos propios de emociones que no han experimentado, como placer, cólera o repugnancia, como si “repitieran en el vacío” un conjunto de comportamientos innatos inscritos en sus genes, de modo que interviene tanto en la transmisión de lo innato como en la formación de experiencias posteriores.

Los dos tipos de sueño, no NREM y REM se alternan en ciclos de entre 90 y 120 minutos, que se repiten a lo largo de la noche. El total de ciclos depende de la edad, en el caso de enfermedades, como la depresión, o bajo el efecto de ciertos medicamentos.

¿Qué es la certificación?