PROBLEMAS FRECUENTES EN LA COLUMNA VERTEBRAL

La mayoría de los problemas en la columna vertebral son ocasionados por malos hábitos posturales que con el tiempo generan fuerzas incorrectas en los músculos estabilizadores. En consecuencia, la postura de la columna se va deformando y el nuevo alineamiento causa malestares. La salud de la columna vertebral también se ve afectada por accidentes y actividades repetitivas que demandan un sobreesfuerzo y resultan en una sobrecarga muscular.

En nuestro contexto, los problemas más frecuentes de la columna vertebral son:

ESCOLIOSIS

Es la desviación lateral de la columna vertebral en forma de “S” o “C”. Puede ser estructural, cuando tiene origen congénito o es  resultado de algún accidente y se manifiesta como deformación en las vértebras; o no estructural, cuando no hay deformación en los huesos y es resultado de hábitos corporales. Dependiendo de dónde se encuentre la curvatura, se le puede clasificar en escoliosis torácica, lumbar, toracolumbar (cuando la misma curva afecta ambas secciones) y combinada (cuando hay más de una curva). En algunos casos, debido a esta desviación, da la impresión de que un brazo o una pierna tiene mayor longitud. Esto puede tener afectaciones en el estilo de vida y las actividades cotidianas, como caminar o dormir,  a la vez que se incrementa el problema.

HIPERLORDOSIS

Es el exceso de curvatura en la zona lumbar. Suele ser provocado por malos hábitos posturales o por distensión abdominal, como en el embarazo. Su consecuencia es la compresión de la parte posterior de las vértebras y los discos intervertebrales, generando presión en los nervios y contracturas musculares.

LUMBALGIA

Es el dolor en la zona lumbar. Puede ser causado por hiperlordosis, infecciones en los riñones, problemas relacionados con el embarazo, lesiones musculares en la región debido a esfuerzos excesivos como levantar cargas pesadas o movimientos repetitivos.

HERNIA DISCAL

Es la distensión o desgarre del anillo fibroso del disco intervertebral debido a una presión excesiva ejercida sobre las vértebras. En este punto se genera un abultamiento o derrame del líquido del disco. Generalmente sucede hacia la parte lateral  posterior de la columna, cerca de la salida de los nervios raquídeos. El abultamiento o derrame presiona los nervios, generando un dolor agudo que puede ser local o llegar a las extremidades según el lugar y el nivel de la hernia, siendo más común en la zona lumbar.

ESPONDILOLISTESIS O LISTESIS VERTEBRAL

Es el deslizamiento de una vértebra sobre otra. Suele presentarse en la quinta vértebra lumbar y con menor frecuencia en la cuarta. En ocasiones viene acompañada de espondilolisis, que es la ruptura de la lámina vertebral en el arco posterior. Esta puede ser congénita, en cuyo caso la lámina no llega a madurar y osificarse por completo, o puede ser provocada por traumatismos repetidos en la zona que generan micro fracturas y, al no darse tiempo suficiente para la recuperación de la lesión, se produce una fractura mayor. Este caso es común en atletas, principalmente de disciplinas en las que la zona lumbar se ve sometida a estrés constante, como la gimnasia.

La listesis provoca dolor en la espalda baja, distensión o ruptura de los ligamentos de la zona y, en los casos más graves, aplastamiento de los nervios y de la médula espinal. De acuerdo a su gravedad, se clasifica en cuatro grados, de menor a mayor y su tratamiento puede ir desde Potenciación Muscular Selectiva (PMS), hasta cirugía.

ESPONDILITIS ANQUILOSANTE

Es menos frecuente y viene de los términos griegos ankylos, que significa “soldadura” o “fusión” y spondylo, que significa “vértebra”. Es una enfermedad inflamatoria crónica de origen desconocido que provoca que las vértebras  tiendan a soldarse entre sí. Se manifiesta rigidez y disminución de la capacidad de movimiento en el tórax y dolor que comienza en la zona sacro lumbar y puede llegar hasta el cuello con la enfermedad avanzada. Puede estar acompañada de dolor en la cadera o en extremidades -principalmente inferiores-, en los ojos, por inflamación del iris o la úvea (parte media del ojo conformada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides), inflamación en los intestinos y, con menos frecuencia, trastornos en el ritmo cardiaco y valvulopatía aórtica, así como dificultad para respirar, debido a a inflamación en los pulmones.

Es asociada significativamente con al antígeno de histocompatibilidad HLA-B27, que es una proteína específica que se encuentra en la superficie de los glóbulos blancos. Su presencia en la sangre sugiere un riesgo mayor a desarrollar ciertos trastornos autoinmunes, aunque la presencia de este antígeno en la sangre no asegura que se presentará la espondilitis anquilosante.

Aún no existe un tratamiento para curar definitivamente esta enfermedad, pero se utilizan algunos medicamentos, principalmente anti inflamatorios no esteroideos, corticoides o corticoesteroides, antirreumáticos y recientemente agentes biológicos que bloquean las proteínas implicadas en la inflamación del cuerpo, así como terapia de rehabilitación para aliviar el dolor y permitir cierta movilidad, que juega un papel importantísimo en el tratamiento. Consiste en ejercicios físicos específicos con énfasis en la extensión de la columna, así como ejercicios de respiración, con la finalidad de fortalecer la musculatura que rodea y estabiliza la columna, evitar la rigidez y fomentar la movilidad. Se recomienda evitar actividades que impliquen una flexión continua del torso, como el golf.

El control sostenido de la inflamación y la terapia de rehabilitación reducen el riesgo de alteraciones irreversibles.

RECTIFICACIÓN CERVICAL

Es la disminución de la curva cervical. Esto altera la presión saludable en los discos intervertebrales, transmitiendo el peso hacia la parte frontal de las vértebras y puede provocar deformaciones en ellos a largo plazo, empezando por la pérdida de líquido o evolucionar hasta hernias discales. Suele ser provocada por latigazos cervicales, frecuentemente en accidentes automovilísticos, o por causas desconocidas; en estos casos, es común que la gente lleve tiempo con ella y se mantenga sin síntomas, que aparecen de repente, ya que los discos tienen poca inervación y sólo presentan dolor en etapas avanzadas de lesiones. Es recomendable que en estos casos se evite colocar un exceso de peso sobre el cuello. Lo ideal es no realizar Sirsasana.

¿Qué es la certificación?