AJUSTES AL ENSEÑAR UNA CLASE

Ajustes

 

Los ajustes son una herramienta del maestro de yoga que, de ser utilizada adecuadamente, pueden soportar, contener y maximizar la experiencia de aprendizaje del alumno.

Algunas recomendaciones al trabajar con un grupo son:

  1. Observar al grupo con atención para ubicar a las personas que requieren mayor apoyo. Los reconocerás de acuerdo con la seguridad y la comprensión que logran (o no) en la postura.
  2. Es importante dejarles claro que estamos mejorando nuestra conciencia corporal y que no están haciendo mal la postura y que ni su estado o condición actual están mal en ningún modo.
  3. Verifica que logras contacto visual o físico con cada uno de los participantes de la experiencia.

Recomendaciones más específicas en cuanto a ajustes:

  1. Primero se ajusta el cuerpo axial, después el apendicular.
  2. Observa primero lo que pasa en los pies y desde ahí verifica plataforma por plataforma.
  3. No pases demasiado tiempo en un ajuste o con un solo alumno.
  4. Para realizar un ajuste seguro y con eficacia, saca primero al alumno del rango profundo de movilidad, entonces procede en esta zona segura; luego vuelve a la profundidad donde se mantenga el alineamiento.
  5. Utiliza todos los props posibles para resolver situaciones: bloques, cintas, sillas, barras, muros, etc.

Los ajustes pueden ser físicos o verbales, así que podemos hablar de tipos de tacto y tonos de voz según sea el caso.

A continuación, mencionaremos los más comunes.

Tipos de Tacto

El tacto ideal para un ajuste es aquel en el que se trata al cuerpo como si fuera una pantalla táctil, un “touch screen”.  En inglés se le conoce como “two finger adjustments” y se realizan dando instrucciones con el tacto en la piel que generen una dirección, de forma que la persona realice las acciones musculares que colocan su cuerpo en la alineación a la que lo invitas de forma clara y gentil.

Podemos clasificar los ajustes de tacto en:

  • De colocación: Es cuando literalmente mueves la estructura ósea del alumno.
  • Instructivo: Incentivas una acción muscular por parte del alumno.
  • De alerta, señalamiento o percusión: Con ligeros golpes invitas a la activación de grupos musculares específicos o a la realización de una acción determinada.
  • De apoyo: Da soporte al alumno facilitando el logro de determinada alineación o postura. Ejemplo de este son los apoyos en un parado de manos, donde estás sosteniendo al alumno para el logro de la postura.
  • De Compasión: No necesariamente está relacionado con la alineación ni el logro de la postura; simplemente acompaña al practicante dándole contención y apoyo emocional.

Entre los tipos de tacto menos recomendables, o no apropiados, podemos mencionar los siguientes:

  • Sensual/erótico: Este tipo de toque es sumamente invasivo e inapropiado en una clase de yoga.
  • Disperso/Drive Through: Este tipo de tacto es el que el maestro realiza cuando se mueve a través del espacio mientras se desplaza de un punto a otro. Generalmente lo que estás diciendo no concuerda con lo que estás tocando, ni hay atención suficiente en el ajuste. Moverse demasiado alrededor de los alumnos sin ponerles la atención suficiente puede ser muy incómodo y no transmite confianza. Es de poca calidad.
  • Tacto de fuerza o peso: Este tacto de colocación puede poner en riesgo al alumno. De llevarse a cabo, es recomendable hacerlo de menos a más y con extremo cuidado, tomando en cuenta la alineación más apropiada y elementos en riesgo al realizarlo (grupos musculares, ligamentos, tendones, etc). En este punto es importante recordar los tres tipos de trabajo de flexibilidad:
  • Pasiva: Es cuando el músculo está siendo estirado sólo por el peso de los segmentos involucrados por la acción de la gravedad.
  • Activa: Es cuando el músculo en cuestión, activo o inactivo, está siendo estirado por el músculo antagonista.
  • Facilitada: Es cuando el músculo en cuestión se estira por acción de un estímulo externo, como el peso de otra persona.

Es importante no tocar más partes del cuerpo de lo que se puede entender con claridad.

Tonos de voz

Con la experiencia, el maestro de yoga desarrolla la habilidad de reconocer en las posturas y actitudes corporales de los alumnos, patrones de conducta, actitudes mentales, situaciones emocionales, etc. Las citas acerca de la observación de una persona incrementan su ego y su identificación con su acontecimiento o experiencia; lo mejor es evitar referencias directas y personales. El arte en el guion de voz, es traducir esa experiencia que observamos en una declaración de un área de oportunidad (evitando la referencia personal directa), invitando y abriendo espacios para que las personas presentes puedan escoger soltar esa identificación con esa actitud, agradeciendo la oportunidad de reconocer en su mente, su corazón, sus emociones y su alma, estas manifestaciones de su experiencia.

Las personas que asisten a una clase de yoga, están dispuestas a que les digas qué hacer. Si bien todas las declaraciones que hacemos son sugerencias, utilizamos un tono imperativo. Transmitimos confianza utilizando una voz en la que se pueda descansar, con instrucciones firmes y claras, sin duda ni tibiedad.

Recomendaciones al hacer un ajuste de voz.

  1. Como un gesto de respeto, le damos a la persona la oportunidad de realizar la acción por sí misma con un ajuste de voz, si es insuficiente, entonces se realiza el ajuste de tacto.
  1. Es importante reconocer si el maestro no está haciendo el ajuste de tacto por su incapacidad o insuficiencia de claridad verbal.
  1. Al hacer un ajuste mantén la voz fuerte y clara para incluir a todas las personas del espacio recibiendo la información.
  1. Si el ajuste es individual, di claramente el nombre de la persona en voz alta o menciona el área de oportunidad para todo el grupo.
  1. Bajar la voz para hacer un ajuste verbal a una sola persona es una forma de discernir entre lo que es o no relevante para todo un grupo.
  1. Utiliza la información visual que un alumno puede obtener de otro al realizar la práctica para completar lo que dijiste o ajustaste físicamente.
  1. Una herramienta eficaz es hacer la postura en espejo con el alumno.
  1. Utiliza referencias del espacio para hacer ajustes:
    1. Escoge un frente del salón
    2. Escoge frases para orientar a las personas en el espacio: Hacia la ventana, el baño, la puerta, la pared de props, etc. De esta manera pones nombre a los lados del espacio.
    3. Evita la ambigüedad al hacer indicaciones, ej. “mueve esto para allá”.

Nuestro guion de voz puede tener dos intenciones:

  • Incrementar la percepción donde no hay acción, apelando al observador, ejemplo: “Siente y observa si tu espalda se está expandiendo al inhalar.”
  • Realizar acciones específicas, activando el órgano de la voluntad, ejemplo. “Respira en la espalda.”

Algunos de los tonos de voz que podemos reconocer en una clase de yoga son:

  • De Grupo: La voz con que le hablas a todo el grupo.
  • Individualizado: En un tono de voz bajo dejas saber a una persona que el ajuste es personalizado e individual.
  • Declarativo imperativo: Es una invitación clara y directa a una acción determinada. Es importante recordar que el maestro es la autoridad en el espacio y de esta manera transmite seguridad y confianza al grupo.
  • De alerta: Llamada de atención general al grupo.
  • Didáctico: Guión de voz general de la práctica.
  • Académico: Tono de voz apropiado para el guión de enseñanza de un contenido dentro de la práctica.
  • Onomatopéyico: Es descriptivo de la experiencia. El teatro de las emociones y las sensaciones que buscas transmitir a través de la experiencia.

DESDE=HACIA: Al tejer el guion de voz, buscamos que las instrucciones se encadenen a través de las plataformas de forma ascendente, con frases comprensibles pautadas por el tiempo que duran la inhalación y la exhalación, incluyendo la intención del tono muscular de los bandhas en el proceso de respirar dentro de esa postura en particular; así como los movimientos anatómicos y acciones clave para activar el gesto de prana propio de la postura.

La pauta es el ritmo dentro del marco de la respiración. A los alumnos principiantes se les da la indicación de cada inhalación y exhalación. En los alumnos intermedios, marcas el ritmo de la respiración, y luego les pides que continúen con ese ritmo mientras escuchan los detalles. A los alumnos avanzados, no les guías la respiración, tan solo guías la intención.

Ten cuidado de no ahogar a las personas ni interrumpir su ritmo. Mantente respirando con ellos para sensibilizarte a lo que experimentan.

Observación

Enseñamos desde la observación. Cuando observas a un alumno, observas su actitud. La calidad de su respiración, el color de su piel, la expresión en los ojos y la energía de la postura en general.

Al observar al alumno pon especial atención en los siguientes puntos:

  • Observa la primera plataforma.
  • Observa el cuadro general.
  • Observa si hay acciones musculares o si está colapsada la postura.
  • Observa si fluye el prana correspondiente a la postura.
  • Observa a las personas de diferentes ángulos rodeando el espacio para percibir todos los detalles; que no se te escape nadie.
  • Al observar recuerda toda la información previa referente a tus alumnos: lesiones, condiciones especiales, estados de ánimo o situaciones personales específicas.