LA CABEZA QUE FLOTA EN ALTO CONTRASTE. LA TÉCNICA ALEXANDER
Frederick Matthias Alexander, nació en 1869 en Wynyard, Tasmania (Australia). Amante de la música y el teatro con poco más de 20 años hizo carrera como actor y recitador ganando pronto una buena reputación. Su especialidad era un acto individual en el que presentaba diferentes piezas dramáticas y humorísticas junto con fragmentos de obras de Shakespeare, uno de sus autores favoritos.
Padecía de una ronquera frecuente que se agravaba durante sus presentaciones. Los médicos le aconsejaban descansar y mientras lo hacía, su situación mejoraba, pero en cuanto volvía a recitar, el problema reaparecía. Al no recibir una solución satisfactoria por parte de los médicos, decidió buscarle solución el mismo.
Ya que el mal aparecía al recitar, era evidente que “su manera de hacer” era lo que afectaba su funcionamiento. Comenzó a observarse frente al espejo para descubrir que era lo que hacía y que le producía esta ronquera. No tardó en descubrir que también el problema se manifestaba al hablar durante su vida cotidiana aunque en menor grado, haciéndolo casi imperceptible. Observó un par de patrones de conducta que afectaban la emisión de la voz.
Alexander descubrió que la relación dinámica entre cabeza, cuello y torso era de gran importancia en la organización del movimiento humano, una relación especial a la que llamó “Control Primario”.
Trató de cambiar su comportamiento conscientemente y observó que el haber usado de forma inconveniente su cuerpo durante largo tiempo se había desvirtuado la sensación de lo que era cómodo y que la percepción se había vuelto engañosa y no confiable, de forma que aunque el creía que estaba haciendo una cosa, en realidad hacía otra diferente. En su exploración, descubrió que al hacer una pausa antes de que se manifestara la respuesta automática ante determinado estímulo, podía escoger realizar una acción diferente. A este principio lo llamó “inhibición”, la cual consideraría después como la base de su método.
La inhibición es la capacidad de detenerse, de suspender la reacción hasta estar preparado para responder. Se trata de negarse conscientemente a responder de forma estereotipada, para que pueda manifestarse la verdadera espontaneidad.
En 1931 comenzó a entrenar a otras personas para enseñar su técnica hasta su muerte a los 86 años.
El objetivo de la técnica Alexander no es enseñar mejores posturas, sino un mejor uso de nosotros mismos, que dé como resultado, mejores posturas. Esto se logra a través de instrucciones verbales y de tacto que guían hacia fortalecer el mecanismo que sostiene a nuestro cuerpo, sin esfuerzo, en contra de la gravedad y que ha sido alterado por un uso menos eficiente.
No es raro escuchar en una clase de Técnica Alexander que el maestro pida al alumno visualizar su cabeza flotando libremente como un globo.

“cuando aprendemos a reconocer conscientemente nuestro estado equilibrado de reposo, aumentamos la posibilidad de que nuestros actos sean reacciones espontáneas a la situación del momento en vez de venir prefijadas por los residuos inconscientes de nuestro pasado”
Michael Gelb, “El Cuerpo Recobrado. Introducción a la Técnica Alexander.”