PUNTOS FOCALES DE LA RESPIRACIÓN
Hay dos tipos de respiración, abdominal y torácica.
La respiración abdominal se refiere a la expansión del vientre que sucede al inhalar con un descenso del diafragma que aumenta el espacio de los pulmones hacia abajo. Al bajar el vientre los órganos no cambian de forma, tamaño y volumen de sangre, sino que la pared abdominal se distiende al frente y se pierde el tono del vientre, lo cual deja a las vértebras lumbares menos apoyadas. Es muy buena cuando estamos acostados.
El abuso de la respiración abdominal tiene consecuencias negativas para la postura, pues se genera un colapso de las plataformas superiores hacia el abdomen, provocando hiperlordosis, una depresión interna del pecho, y una rotación de los hombros y el corazón, y la rectificación del cuello y un mal apoyo del cráneo sobre la columna. Se recomienda únicamente para dormir y para la digestión de los alimentos.
La respiración torácica expande el pecho y las costillas por el lado y la espalda, favoreciendo la cifosis dorsal, que es la curva hacia afuera de las vértebras del centro de la columna. Todos estos huesos de la parte alta del tórax protegen al pulmón y al corazón y al experimentarse la expansión de las costillas, el pecho y la espalda, los pulmones pueden experimentar su crecimiento al inhalar sin necesidad de mover los órganos internos hacia afuera y al frente del cuerpo. Y en esta estabilidad se produce un Samana Prana que se refiere a la quietud de la acumulación de la energía en el vientre.
La respiración torácica corresponde al cuerpo con vigor, a un cuerpo atlético y funcional para moverse dentro del mundo; esta respiración se sugiere para todo el día (salvo para el reposo y la alimentación).
La respiración se ve impactada por la calidad con la que estamos presentes en la postura del cuerpo. Aquello que tenemos relajado se va a expandir cuando inhalamos, y aquello que tenga tono y fuerza se va a contraer cuando exhalamos. Queremos desarrollar una habilidad de mejorar la calidad de nuestra respiración con el trabajo de nuestras posturas.
Si manipulamos la respiración, ésta se ve arrestada y la mente deja de tener el control, lo cual puede irritar el sistema nervioso, por lo que es importante ser gentil con estos ejercicios de Pranayama, pues pueden surgir histerias, miedo y vulnerabilidad.
