KRISHNA
LOS PRINCIPALES AVATARES DE VISHNU
8. KRISHNA
Hijo de Devaki y Vasudeva, personaje central del Bhagavad Gita, parte del gran texto épico Mahabharata, donde en su diálogo con su primo y amigo Arjuna, expone su identidad como encarnación de Dios mismo y, dentro del contexto hinduista, enseña la verdad del universo, el dharma y la forma de acercarse a Él para lograr la liberación. El diálogo sucede en el campo de batalla, poco antes del inicio de la guerra entre los Kuru y los Pandāva, en Kurukshetra.
Aunque, no es ese el único texto en el que aparece. En el «Prem Sagar,» la versión en hindi del «Bhagavata Purāna,» se cuenta lo siguiente acerca de la razón de su reencarnación: “Un rey de Mathura, llamado Ugrasena, tenía una hermosa mujer, que era estéril. Un día, al caminar en un bosque, se perdió; y cuando estaba sola, un demonio, enamorado de ella asumió la forma de su marido, y como resultado nació un hijo, quien fue nombrado Kansa. Cuando era niño, Kansa manifiesta tendencia a la crueldad. Le gustaba atrapar y matar niños y creció para ser una fuente de dolor para su padre, la familia y su pueblo. Él pidió a su padre renunciar a la adoración de Rama, el dios de su raza; y adorar en secreto sólo a Mahadeva (Siva). Su padre respondió con tristeza: «Rama es mi señor, y el disipador de mi pena, y si no lo adoro, ¿cómo cruzaría este hombre pecador sobre el mar del mundo? Al escuchar esto, Kansa destronó a su padre, y luego de haber usurpado su lugar emitió una proclamación en todos sus dominios donde prohibía a los hombres a adorar a Rama, y ordenaba reverenciar Siva. Su tiranía se hizo tan insoportable, que la Tierra, asumiendo la forma de una vaca, fue a Indra a quejarse de todo esto y dijo: «Los espíritus malignos han comenzado a cometer grandes crímenes en el mundo; la religión y la justicia han caído; si usted me lo permite, yo también voy a abandonar el mundo y descender a las regiones más bajas.» Escuchando esto, Indra junto con otros dioses fueron a ver a Brahma para pedirle una solución. Brahmā los condujo a Siva, quien a su vez, los condujo a Vishnu; y recordándole la liberación que había proporcionado a los dioses y de los hombres en sus anteriores manifestaciones, le piden reencarnar en un hombre y matar a Kansa. Los dioses y diosas, satisfechos con esta medida, prometen también a abandonar sus hogares celestiales para acompañarle durante su estancia en la tierra. Vishnu mismo solicita que Lakshman, que en la encarnación Rama había sido su hermano y compañero constante y fiel, Bharata también y Sutraghna, le debe acompañar; y que Sita, bajo el nombre de Rukmini, debe ser su esposa.”
En el Vishnu Purāna se lee que Krishna encarnó como “una parte de una parte del Ser Supremo”, quien quitándose dos cabellos, uno negro y uno blanco, los tiró a la tierra. Del blanco nacería Balarāma y del negro Krishna, para acabar con la vida del demonio Kansa.
Cuando Vasudeva y su esposa Devaki eran llevados por el rey Kansa en un carruaje, una voz en el cielo, sonando fuerte y profunda como un trueno, dirigiéndose Kansa, dijo: “¡Tonto, el octavo hijo de la damisela llevas te quitará la vida! » Escuchando esto Kansa sacó su espada, e intentó matar a Devaki; pero Vasudeva se interpuso, diciendo: «¡No mates a Devaki, gran guerrero! Perdona su vida, y te llevaré a ti cada niño que ella tenga.» Kansa, apaciguado con esta promesa, perdonó su vida, pero, para evitar cualquier error puso un guardia de día y noche fuera de su recámara; y cada vez que tenía un hijo se lo entregaban y era asesinado. Kansa creyó que había destruido a los hijos de Devaki, pero no fue así. Los niños que fueron entregados a él eran hijos de Hiranyakasipu, quien fue muerto a manos de Vishnu como el Hombre-León, que fueron traídos desde las regiones inferiores por Yoganindra, «la gran energía ilusoria de Vishnu,» y puestos en el vientre de Devaki con el fin de que el cruel Kansa fuera engañado. Vishnu dijo a esta diosa: «Ve, Nidra (sueño), a las regiones inferiores, y trae sucesivamente seis de sus príncipes para ser concebidos por Devaki. Ya que todos serán sentenciados a muerte por Kansa, el séptimo se concebirá de una parte de Sesha (la serpiente-dios), que es parte de mí; y este se deberá transferir antes de la hora de nacimiento a Rohini, otra esposa de Vasudeva, quien reside en Gokula. “Este niño era Balarāma.” Informarán que Devaki abortó. Yo mismo encarnaré en el octavo período de su concepción; y tú tomarás la forma del embrión de Yasoda, la esposa de un pastor llamado Nanda. Al nacer, con la ayuda de mi poder, Vasudeva me llevara a la cama de Yasoda, y a ti a la cama de Devaki. Kansa te tomará y lanzará para estrellarte en una roca, pero escaparás al cielo donde Indra te recibirá y honrará como a mí mismo.”

Cuando Devaki da a luz a su octavo hijo, Vasudeva se lleva al niño, y, eludiendo la vigilancia de los guardias, se apresura a través de la ciudad, con la serpiente Sesha siguiendole. Justo cuando llega a la casa de Nanda, Yasoda había dado a luz a su hijo, Vasudeva lo toma y, dejando al hijo de Devaki en su lugar, vuelve a la prisión, y logra entrar sin ser visto. Poco después de esto, el grito del recién nacido alerta a la guardia; Kansa es informado rápidamente de su nacimiento y, corriendo a la habitación, se apoderó del niño y lo lanzó contra una piedra. Pero en cuanto el niño tocó el suelo, se elevó al cielo y se convirtió en una figura gigantesca, con ocho brazos, cada uno empuñando un arma formidable. Se rió y dijo: Kansa, “¿De qué sirve que me hayas arrojado al piso? Ha nacido quién te matará, el poderoso entre los dioses, que antes ya había sido tu destructor. “Esta última frase hace referencia a que Kansa no era otro que Kalanemi, quien Vishnu había matado cuando encarnó como Rāma.
Cabe mencionar que en ocasiones, quien es considerado la octava encarnación de Vishnu es Balarāma y que Krishna es la presencia de Dios mismo, no una encarnación. También se ha dicho que ambos son la octava reencarnación.