HANUMAN Y HANUMANASANA
Hanumanasana es la postura en honor al dios Hanuman de la mitología hindú. Hanuman es el Dios mono, representante más destacado de los vanaras, una raza de hombres mono. Los vanaras tienen cuerpo y cara de mono, con intelecto humano. Se dice que los vanaras eran hijos de dioses que tomaron forma animal. Hanuman es hijo de una mujer vanara, Anjana, y de Vayu, el Dios del viento. Esta peculiar genealogía, le otorga una conexión con ambos mundos, el material-terrenal y el divino-espiritual.
Hanuman simboliza la fuerza física, el valor y la espiritualidad; tiene poderes extraordinarios, como cambiar su tamaño, recorrer largas distancias de un solo salto e inclusive cargar una montaña entera. Este personaje, uno de los íconos del sostenimiento del Dharma, nos muestra el poder ilimitado que habita en nosotros mismos cuando nos entregamos con devoción y servicio, a nuestras acciones.

Hanumanasana, con un fémur en flexión y el otro en extensión, personifica el gran salto que dio Hanuman desde la India hacia la isla de Lanka donde se encontraba Sita, esposa de Rama, quien había sido capturada por el rey-demonio Ravana y la misión de Hanuman era hacerle saber a Sita que Rama se encontraba en camino a rescatarla. Hanuman vence todo obstáculo solo con el propósito de servir a Rama y ejercer su Dharma, como manifestación del servicio desde el corazón, el servicio desinteresado.
En Hanumanasana, así como en todas las posturas avanzadas, exploramos nuestras posibilidades y limitaciones del momento en cuanto a rangos de movimiento. En ese camino, el enfoque no corresponde tanto a la postura en sí misma, como a la experiencia del reto y a los apegos al fruto de la acción, identificando solturas, tendencias y sobreesfuerzos. Entra en ellas con el compromiso del esfuerzo, sustentado en Abhyasa y Vairagya, ofrendando cada acción a tu sankalpa y a tu Ser Superior.