IMAGEN VUELTA

ETAPA DESCUBRIR

IMAGEN VUELTA

  • La Vuelta es la imagen de las torsiones y se refiere al giro en el torso. Torcer el torso en estas posturas nos permite girar y volver la vista hacia el espacio que recorrimos. Las posturas de esta imagen se terminan con la vista y con los músculos de los ojos pero se empiezan en los pies, estableciendo las raíces de la postura con firmeza.

  • Cuando enraizamos bien los pies y hacemos con las piernas la estabilización de las caderas, éstas quedan establecidas en neutro y las vértebras giran sin modificar la posición de las mismas. Es muy importante hacer énfasis en el establecimiento de las caderas y en que el movimiento giratorio de las vértebras no modifique su alineación, porque así es como se mantienen estables los ligamentos sacro ilíacos y la estructura de la cadera en relación con las lumbares, evitándose con ello problemas en los nervios que comunican al sistema nervioso central con las piernas en la espalda baja.

  • Los giros son una capacidad propia de las vértebras. Cuando el giro en las vértebras arrastra inconscientemente a la cadera y la simetría de la cintura, las vértebras pueden incurrir en presiones intensas incorrectas en sus espacios intervertebrales, y los nervios y discos intervertebrales  se pueden lesionar. Lo delicado de las torsiones es que cuando están dentro de nuestra disciplina y están hechas con poca calidad, generan un patrón de movimiento corporal, mismo que se ejerce en las torsiones implícitas al caminar y al hacer otros movimientos espontáneos con el cuerpo.

  • Las articulaciones vertebrales son planas y están sostenidas por ligamentos muy firmes, como el ligamento anterior vertebral,  que envuelve como una camisa o como un tubo, a las vértebras, conformando la columna vertebral.

  • Es importante que dicho ligamento se mantenga quieto y estable al hacer los movimientos de las vértebras, y que las vértebras giren sobre su centro, mientras los procesos vertebrales y sus músculos intervertebrales son los que experimentan la contracción y la elongación, para permitir que estos discos giren sobre su propio eje.

  • Es ideal y correcto que las tres curvas de la columna estén establecidas antes de iniciar los giros, así las vértebras con su forma anatómica general van a girar sin generar fuerzas incorrectas al incrementarse el rango de movimiento. En muchas ocasiones, la lordosis lumbar se sacrifica cuando el practicante de yoga se mueve con inconsciencia e ignorancia corporal. Por eso se sugiere practicar extensiones en la columna antes de iniciar las torsiones, y de la misma manera es importante procurar que esto no genere hiperlordosis previo al inicio de la torsión. Por lo anterior, es conveniente y de gran ayuda pronunciar la cifosis torácica llevando las costillas detrás de la pared abdominal y ampliar el espacio de las vértebras torácicas inferiores posteriormente para que estas vértebras en su forma natural tengan espacio suficiente para girar.

  • Sin embargo, las torsiones purifican lo que pasa en las vértebras, por lo que también son aptas para preparar extensiones. Así, las extensiones fortalecen los extensores, brindando estabilidad a la columna para girar con seguridad y las torsiones purifican la columna a nivel vertebral e intervertebral, permitiendo extensiones más profundas.

  • Lo mismo hacemos siempre antes de girar el cuello, reencontrando esa lordosis cervical. Las torsiones suceden con el giro de las vértebras, y cada una de las vértebras tiene capacidad de girar sólo ciertos grados. La rotación entre dos vértebras dorsales es, al menos, tres veces mayor que entre dos vértebras lumbares, ya que cada vértebra lumbar puede realizar un giro axial máximo de hasta cinco grados y, en cambio, las dorsales alcanzan una amplitud de giro de hasta 35 grados y las cervicales van más allá para llegar a los 45 y 50 grados. El atlas gira unos 45 grados en ambos sentidos, siendo la amplitud total de movimiento de 90 grados.

  • Es por esto que es aún más importante mantener estable la lordosis lumbar y mantener estables las caderas al girar, para pronunciar el giro con los músculos que sostienen a las costillas con respecto a las caderas, que son los oblicuos. También es importante permitir que se activen los serratos, ya que estos músculos, así como los intercostales, se tonifican de manera profunda al sostenerse largamente los giros en un correcto alineamiento. Asimismo, permiten el descubrimiento de las fuerzas y una recuperación del tono muscular de los multífidi, que conectan los procesos vertebrales y coordinan la relación entre las vértebras de manera minuciosa. Todos los anteriores son músculos profundos en comparación con los músculos dorsales y pectorales (trapecio, romboides y deltoides).

  • Es de suma importancia mantener las costillas detrás de la pared abdominal para evitar un giro lumbar desestructurado. Esto nos va a ayudar también a mantener la cifosis torácica en la rotación.

  • El desarrollo de excelencia en las torsiones se realiza trabajando con los músculos posturales y desactivando en la medida de lo posible las capas superficiales de los músculos de la espalda y el cuello. Estos músculos superficiales están encargados de los movimientos apendiculares: los glúteos en los movimientos de las piernas y el dorsal, el trapecio, el pectoral y el deltoides en los movimientos de los brazos.

  • Por lo anterior, es importante preparar las torsiones profundas con torsiones en las que los apéndices del cuerpo no sean puntos de apoyo, como en el giro desde el torso en UTKATASANA o en la postura del CABALLERO GIRADO. Estas torsiones después pueden ser asistidas por el cuerpo apendicular pero es muy importante que no confundamos las torsiones con el desplazamiento en el espacio de las manos y los pies.

  • Esta imagen es la más avanzada de las posturas de pie. La más compleja de hacer con excelencia y en la que radica la disciplina y la conciencia corporal en la práctica del hatha yoga.

  • Todas las torsiones estimulan samanaprana y aquellas que se hacen con las extremidades extendidas también estimulan vyanaprana.

  • En esta imagen, todos los músculos de la columna vertebral son estimulados y se lleva energía, conciencia,  sangre y atención a los siete chakras. En particular el 3er chakra se ve estimulado, no sólo en sus facultades de órganos internos y digestivos, sino también en la expresión de fuerza de los músculos del vientre, incrementando con ello el tono de fuerza de voluntad.

  • Pueden estimularse en los koshas cualidades especiales para la meditación. Este fortalecimiento de la columna y del vientre ayuda a soportar TADASANA. Y este incremento de samanaprana ayuda a aquietar la mente y a bajar la atención y la energía hacia el vientre y a la columna vertebral, convirtiéndose en estimulante para Vygnanamaya Kosha, aún manteniendo en su trabajo un despertar de Manumaya kosha y, al soltar el trabajo, un despertar de Vygnanamaya kosha.

  • Como también estimula el sistema circulatorio y despierta mucho el sistema muscular y la estructura ósea como srotas, nos permite, al salir de las posturas, establecernos profunda y conscientemente en TADASANA.

  • Las posturas que hacen torsiones en su mayoría también alargan los componentes anatómicos del lado de las piernas (glúteos y tensor de la fascia lata), ayudando a la postura de meditación.

  • Las torsiones son clave para el acceso y el sostenimiento de la postura pico, que es la postura de meditación, por lo que en su desarrollo se pueden experimentar como rajásicas pero en su efecto resultan sattvicas, así como favorecedoras de Turiya. Nos permiten experimentar desde la postura del Observador acercándonos al estado de conciencia de Turiya.

¿Qué es la certificación?